lunes, 2 de enero de 2012

Las figuras de la gran ciudad

foto prestada de: http://www.fotosdemadrid.info/2011/02/cruce-alcala-y-gran-via-de-noche.html

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Eran las diez de la noche y las calles estaban desiertas, Joaquín con su gabardina beige y su maletín de trabajo paseaban sin saber que era lo que ocurría. Una de las calles principales de su cuidad, estaba desierta, en plena época de vacaciones de Navidad. Las luces de las farolas se entremezclaban con los colores rojos y verdes que anunciaban que pronto llegaría la Navidad y tras ella el año nuevo. Había sido un año duro, de cambios y de reajustes dentro de la oficina y de su propia vida, y el peso de los papeles que cargaba para terminar en casa, se sumaban al peso de los problemas que cargaba sobre su espalda. En cada paso escuchaba el tintineo de sus mocasines contra el asfalto, y decidió parar. Parar y mirar al cielo. Ese cielo que se veía negro por la oscuridad de la noche y en el cual no era capaz de encontrar ninguna estrella que iluminara la tiniebla que ya no sólo marcaba la ida del sol, sino de la vida que poco a poco iba haciendo mella en él y en todos los que le rodeaban. Con los ojos cargados de melancolía y poca esperanza alzó la mirada y lo vió. Una figura pegada a un edificio que con cara de espanto parecía comprobar como transcurría la vida en aquella ciudad de la que quizás algún día formó parte. De pronto una idea pasó a formar parte de nuestro protagonista, ¿ese rostro desencajado, triste y quizás desesperanzado, habría sido obra de su propio creador, es decir, el escultor que labró aquella pieza, habría tallado cada arruga para expresar algo, o quizás la figura habría tomado aquella expresión a lo largo de su longeva estancia en aquel edificio, acorde con las caras y los gestos de los viandantes que por su campo de visión pasaban?. Dudó durante unos segundos y finalmente lo tuvo claro, sin lugar a dudas los culpables somos nosotros, dijo para sí mismo. Nos pasamos la vida con cara de pocos amigos pensando en lo mal que nos van las cosas, los problemas, familiares, de la oficina, la economía.. ¿Qué podemos hacer si estamos en crisis? Dijo bien alto sin darse cuenta de que sus pensamientos habían salido de su cabeza a su boca como una acción inconsciente. Y en aquel momento recordó un pensamiento que leyó no hace mucho tiempo “ sé tu el cambio que el mundo necesita”. Y se lo grabó a fuego en su mente.

Desde aquel momento siempre que pasaba por aquella calle, miraba hacia arriba, y observaba aquella figura y sin saber cómo, cada vez que observaba aquel rostro le parecía vislumbrar que su expresión, se iba transformando en otra más amable, más dulce e incluso más verdadera.

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